miércoles, 28 de julio de 2010

Obama y las cuotas

(Nota aclaratoria: Siento ser repetitiva, pero estos días estoy muuuuy sensible a algunos temas. Éste es el editorial del próximo Empresa y Finanzas-Galicia)

La felicidad no se mide por cuotas.. Y, desde luego, la profesionalidad tampoco. Por tanto, ya en su planteamiento es errónea esa ley llamada “de Igualdad” (que con ese nombre no sabemos muy bien si es que quiere ‘cargarse’ el género y volvernos a todos hermafroditas). Y es errónea como toda ley que se basa en la imposición. Lo impuesto no gusta, con lo cual la ley puede provocar –de hecho, es muy probable que ya lo esté haciendo– justo el efecto contrario al que buscaba, de tal modo que toda mujer que llegue arriba en un consejo de administración estará siempre envuelta en la sombra de la sospecha de que la nombraron “por cuota”, así tenga cuatro carreras y cinco másters.
La conciencia de las personas no puede cambiarse por una ley. La única arma posible para modificar esa mentalidad tiene un nombre: educación. Pero, por desgracia, es éste un concepto que ha caído en el baúl de los recuerdos, allá mezclado con los trastos más propios de los tiempos de nuestros abuelos.
Las mujeres directivas de este país si lo tienen claro. Y no quieren esa ley. Es más: leyendo sus opiniones, la conclusión que se extrae es que  más bien lo que les produce es rechazo. Lo que reza la ley está dando una imagen de la mujer que, en vez de evocar a la que pelea y lucha con profesionalidad para llegar alto en su trabajo, nos hace pensar en la barbie ejecutiva que accede ‘a dedo’ a la dirección y que, mientras está en una sala de juntas decidiendo sobre el futuro de su empresa –y pendiente de no hacerse una carrera en las medias– anda distraída pensando en qué potito le dará de comer a su bebé, o qué tipo de suavizante pondrá a las almidonadas camisas de su maridito. Pero claro, cuando de evaluar la ley se trata, resulta que quienes lo hacen son mujeres de carne y hueso, con su celulitis, sus preocupaciones de trabajo, y, por supuesto, con sus neuronas muy bien puestas.
La discriminación “positiva” nunca puede ser un acierto. Ya de por sí, la propia expresión  (negativo+positivo=negativo) es una mera contradicción. Pero, si alguien cree que estamos inventando el mundo desde Empresa y Finanzas, sólo vamos a ponerles un ejemplo para probar la verdad de nuestra afirmación: en Estados Unidos no existe ninguna ley que ‘obligue’ a los partidos políticos a llevar ‘negros’ en sus candidaturas. Pero, señoras y señores, Barack Obama es presidente. Y no por cuota. Que tome nota Bibiana Aído.

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