miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tapones selectivos

¡¡Magia!! Cuando me lo dijeron en la farmacia, no lo podía creer. 
-"¿Cómo voy a dormir con tapones y escuchar por la mañana el despertador?" 
-"No se preocupe, lo tapones son selectivos". 
Y... ¡ta-chán! Allá fui el fin de semana, por si las moscas, a probar los tapones con el despertador puesto. ¡¡Era verdad!! A las vecinas estudiantes pesadísimas del piso de arriba no les escuché la música y la fiesta en toda la noche, pero el despertador lo escuché como si nada.
Pues sí. Son selectivos. Te permiten escuchar sólo lo que te interesa. E ignorar lo que te sobra.
La lástima es que tengan sólo esa aplicación... Porque, ¿os imagináis qué maravilla que existiese un producto similar que, en la vida real, te permitiera oír sólo aquello que vale la pena, e ignorar supinamente la cantidad de tonterías y babosadas que escuchamos a diario? Sería como vivir en el paraíso...
La única opción que tenemos es la del "tapón imaginativo" o "mental": me los pongo con la imaginación y me protejo de las sandeces con la mente. Pero es complicado. A veces falla. A veces escuchas lo que te sobra. A veces no, ¡muchas veces!
¡Con lo fácil que es con mis tapones amarillitos de espuma! Espero que alguien escuche mis plegarias y los invente. Un tapón selectivo de la realidad, y no sólo del ruído. ¡¡Y por poco más de cinco euros!!

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